miércoles, 29 de agosto de 2007

Andares (con sangría)

Croen las ranas
Vuelan los pajaros
Caminan los ciegos
Pero caminan los muertos.

Zombies, son zombies.
La noche cae y se levantan
son millones, con pupilas
pero sin ninguna mirada.

Y su andar arrastrado
deja huellas de pánico
¡dolor, muerte, pánico!
Han traído ya su daño.

Ora mastican, ora caen
se levantan y vuelven,
una y otra vez, frenesí
de alma sin seres.

Desolación y desierto
con arenas de sangre
tormento de ultratumba
catársis inacabable.

Los muertos andan
no paran, no paran,
en su marcha resiste
una visión pasada.

¿Ha sido Dios y el Diablo
que nadie ya descansa?
¿Ha sido un encantamiento
o una pócima profana?

Nada ya importa,
no hay pensamientos
sólo tormento
Y la gente huye a su casas,

ya rezan los desesperados
inútiles plegarias,
ya se arman los otros
a combatir a la amenaza.

2 comentarios:

Charly Santos dijo...

Excelente parábola de la putrefacción de la sociedad post moderna y globalizada, en donde los muertos caminan entre nosotros en el shopping. Abstrayéndonos de las fantásticas metáforas en las que este autor detalla la pura agonía del individuo, vemos la problemática de lo que no deja de ser algo cotidiano. Este nuevo hombre, un "no-muerto", es la evolución del "homo videns" de Sartori en algo mucho más terrible.


Gracias señor poeta por tan genial obra de arte.

El Rubio dijo...

Diré más, una excelente combinación de versos y rimas, metáforaa y alegoorías en torno a un problema que no deja de quitarle el sueño a cagones y especuladores de catástrofes por iguales: la posibbilidad de una invaasión zombii.

Si tuviiese un sombre, me lo quiitaría frente a ud, señor.