martes, 1 de enero de 2008

Profesía de las cuatro de la mañana: De Eprilefecteledeserefo al Faraón.

Tengo miedo a que no me quiera,
A que haga sonar cien años seguidos
Esa melodía hiriente
En su violín de rabia
Y cada vez que la toque
Encuentre una nota, un timbre, un silencio
Que lo enmarque distinto.

Ian Anderson es aun más egocéntrico que yo.

Luego,

Exculpados en el confesionario,
Exaltados por lo bajo,
Los pecados del cura
En un acceso de soberbia (y Gloria)
Destruyeron a la galanura.