viernes, 24 de agosto de 2007

Castigo Divino

Un brazo y otro brazo,
Con dos brazos más
Y un poco de suerte,
Forman un abrazo
Que bajo la lluvia
Siempre tiene algo de voraz.

Una lengua busca otra lenua,
Unos labios buscan un cuello.
Un cuello que se estremece, una puerta
Que le abre su vientre al celo
De dos felinos sin nombre,
Bajo un techito de cobre.



Arde tu piel en mi piel,
Tu sexo en mi sexo.
Arden esos ojos oscuros
Entre guiones, pero no presos.
Arden, morena, tus pechos.
Y sobre todo me arden
Tus labios de pantera,
Como quebracho rojo en una hoguera.
Pero mi alma se congela,
Después de haber muerto en tus caderas,
Al agregar a la caldera
El dato macabro que dio tu hermano:
"¡Fernando... María tiene gonorrea!"

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